En el año
2011 la UNESCO declara a la “Equitación de Tradición Francesa” como patrimonio
intangible de la humanidad. La Unesco destaca de esta tradición francesa la
búsqueda de la armonía y relación entre caballo y jinete basado en el mutuo
respeto y ligereza. Precisamente este objetivo de búsqueda de ligereza es lo
que caracteriza a la equitación francesa.
Por supuesto
esto no supone que no hayan escuelas o jinetes de otras partes del mundo donde
se dé importancia a este concepto (en los videos que puede ver en el blog hay
representantes franceses, portugueses, españoles y rusos) pero es en Francia
donde este concepto se hace capital. También puede encontrarse en la competición deportiva jinetes que montan con ligereza, pero cada vez son menos y los jueces conceden a la ligereza cada vez menor importancia.
Entonces lo
primero a hacer es definir que entendemos por ligereza en el arte ecuestre
Probablemente
la definición más precisa fue la dada por el Coronel de Saumur Callan-Belval
quien en su libro “Dressage” (publicado en 1964) la define del siguiente modo:
La ligereza es una actitud del
caballo en la cual muestra la necesaria impulsión, equilibrio, flexibilidad y
sumisión.
La
consecuencia de todo ello es que el caballo jamás debe mostrar tensión o
muestra que su trabajo le incomoda.
La búsqueda
de potencia en los caballos, el uso abusivo de espuelas, doble muserolas, riendas alemanas, uso del rollkur etc. pueden producir caballos espectaculares, de
mucha potencia, pero no caballos ligeros.
En los
videos que se muestran en las otras entradas se puede ver caballos que realizan
los movimientos de manera fácil y hasta parece gustarles.
Con la
ligereza el caballo deja de ser un esclavo sometido para volverse un
colaborador del jinete.
Un caballo
ligero no precisa ir controlado por las riendas del jinetes, no precisa estar
entre la pierna y la mano, se puede equilibrar por si solo.
Veamos un
ejemplo actual para no pensar que la ligereza es un concepto antiguo solo
propio de los franceses y de siglos pasados.
Observe la
tranquilidad del caballo, a pesar de la acción de los posteriores y el contacto
con la boca por parte del jinete
Para acabar pasamos la definición del Comandante St.
Fort-Paillard, jinete olímpico francés en múltiples ocasiones, que en su
libro “Understanding Equitation” dice:
"la ligereza NO debe ser considerada como un resultado al final de la doma,
sino que la ligereza debe ser el primer ideal a conseguir desde el principio de
la doma.”